retoque fotografico

Los mitos del retoque fotográfico que debes vencer.

retoque fotográfico

Parte del encanto de la fotografía son sus controversias. Estas surgen desde su invención. Quizá uno de los debates más grandes está entre  la “pureza” de la fotografía versus el retoque. Por “pureza” vamos a entender el registro fotográfico tal cual es obtenido de la cámara, sin alteración alguna.

Un poco de historia del retoque fotográfico:

Tratemos ahora de ver la fotografía con ojos del siglo XIX, en el momento previo a su invención cuando sólo era posible generar una imagen mediante el trazado manual sobre una superficie. En ese momento, la mágica aparición de un registro visual con sumo detalle tuvo un impacto que sigue resonando hasta ahora.

A la par  vino la impresión de “automatismo”, es decir, que la intervención humana en la generación de la imagen era inexistente. En buena parte en eso se apoyaban aquellos que negaban rotundamente que la fotografía pudiera ser considerada como “Arte”.

¿cómo considerar así el producto de un aparato?

Hubo quienes quisieron demostrar las capacidades artísticas del nuevo medio. Entre los más famosos tenemos a Robinson y Rejlander, quienes en la década de los 50 del siglo XIX experimentaron ampliamente con la múltiple exposición y el montaje, elaborando complicadas composiciones, dejando de manifiesto que la imagen fotográfica es maleable.

Demos el brinco 100 años después, cuando en la fotografía resonaban los nombres de Koudelka, Cartier-Bresson. La fotografía documental estaba fuertemente cimentada. Se tenía claro que uno de sus más fuertes preceptos era que debía ser directa, sin alteraciones ni retoque alguno. Esta tradición continua hasta nuestros días.  Prueba de ello son las controversias que se viven casi en cada emisión de la World Press Photo, donde cualquier intención de retoque excesivo y montaje no tienen cabida.

La ética del retoque: alterar o no alterar la foto, ese es el dilema:

Estas ideas si bien pueden entenderse hasta cierto punto dentro de lo documental primeramente no son garantía de una “no alteración” de la fotografía (esta podría modificarse desde antes de la toma, montando la escena).

También logran permear al quehacer fotográfico en general y es común que se vea mal cualquier “manipulación” sobre el registro, ya que altera su “veracidad”. Todo esto ha sido analizado y desarrollado ampliamente por autores como Joan Fontcuberta. Al final  ha quedado como verdad irrefutable el que retocar una fotografía es un recurso más (bastante valioso de hecho) del que podemos echar mano en cualquier momento.

Lo que queda claro es que el retoque fotográfico es algo que existe desde los albores de la fotografía misma. Si bien existen retractores y en determinados campos de su desarrollo se vuelve objetable, en otras áreas como el arte y la publicidad encuentra campo fértil y se hace imprescindible.

La invención de las computadoras y la consecuente digitalización incrementaron exponencialmente las posibilidades del retoque . Ahora tenemos el control de cada pixel de la imagen. Parte de nuestro lenguaje fotográfico personal podría estar en las posibilidades del retoque a partir de programas como Photoshop, incluso el retoque por sí mismo es un área de desarrollo aparte.

Si te interesa adentrarte en ese vasto mundo, intégrate a nuestros talleres de retoque. Te sorprenderán tus resultados.