Genesis, de Sebastiao Salgado

“Génesis es una búsqueda de cómo fue el mundo, ya que se formó, ya que evolucionó, ¿cómo existió durante miles de años antes de la acelerada vida moderna y cómo se distanció de la esencia misma de nuestro ser? Este trabajo es testimonio de que nuestro planeta todavía alberga vastas y remotas regiones donde la naturaleza reina en majestad silenciosa y prístina” Sebastiao Salgado.

Esta es la premisa que llevó a Sebastiao Salgado a una búsqueda de paisajes durante más de ocho años de trabajo alrededor del mundo. A la manera de los pioneros fotógrafos, Salgado escaló montañas, cruzó mares y acampó entre las tribus africanas para obtener fotografías de lo que para él representa el mundo antes de ser civilizado. Fotografió animales, paisajes recónditos, tribus aborígenes, fenómenos naturales que nos invitan a disfrutar la grandeza del mundo.

De las ideas que llevaron al autor a crear esta obra, me interesa en particular la motivación de fotografiar el mundo como fue creado, pues este es tal vez el reto más grande que pudo ponerse el autor. Fotografiar el mundo en su estado natural, inmaculado, virginal, implica regresar al pasado, y no precisamente ir a lugares lejanos. En ese sentido, la propuesta de Salgado implica una extensión del tiempo a partir del viaje a territorios distantes, es decir, la ampliación del espacio comúnmente fotografiado. En este sentido, el artista brasileño intercala dos de las cualidades límite de la fotografía (tiempo y espacio), para hacernos creer que el mundo fue de una u otra manera. Desde esta perspectiva también, el carácter documental de este cuerpo de trabajo queda negado, pues el factor tiempo, que es imperativo para el registro documental, está puesto en una línea frágil que no distingue el pasado del presente, o más bien, juega a ser un tiempo indefinido.

A diferencia de su obra previa, que se caracteriza por tener un sentido humanitario, evidenciar la injusticia de los sistemas económicos o cuestionar la condición del ser humano, Génesis propone una reflexión desde la belleza y no desde la crítica. Estas fotografías, más que hacernos pensar, nos obligan a observar para remontarnos al origen, que es algo que pocas veces tenemos en mente.

 

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